Pájaros



Vio a su hijo mirando fijamente las copas de los árboles. Se reía, solo. A veces se hacía el que no miraba y luego se volvía a reír.

— ¿Qué estás haciendo?
— Están ahí ma, en las copas de los árboles. Allá arriba, mirá. – le dice mientras con una mano le señala y con la otra se restriega un ojo.
— No veo nada − le contesta. − ¿En dónde?
— Pasa que se están escondiendo, son tremendos. Es difícil verlos, pero yo ya le agarré la mano. Me es más fácil verlos, soy más mejor que todas esas otras personas. El tío estuvo hace un rato y no los pudo ver.

Se rió. No iba a corregirle el error, no, hoy no.

— ¿Y qué hacen allá arriba?
— A veces hacen ruido, a veces puro silencio. Van y vienen igual, no están siempre en el mismo lugar. Pero me gusta jugar con ellos. Es más divertido estar acá que allá, con todos tus amigos y los tíos y los abuelos.

Le miró el pelo, echado hacia un costado. Le sacó algunos pedazos de hojas que habían caído sobre su cabeza.

— Yo quiero ir, pero vos me dijiste que vestido así no puedo. Y está bien, ma, no pasa nada. Ya volveremos, ¿no?
— Sí, obvio que sí.
— Bueno, mejor. Ojalá que ellos se queden acá. Quizás vuelan a otro lado. Yo igual no quiero eso, cantan bien. Y me hacen reír.
— Me imagino. ¿De qué color son?
— Uno parecido al nuestro, un poco más frío nomás.

Le sorprendió ese calificativo. Tampoco iba a preguntar. No, hoy no. 

— ¿Y hace cuánto que estás jugando con los pájaros?
— ¿Qué pájaros?

Lo miró sorprendida.

— Son mis hermanos, mamá. Están armando la casa del árbol, esa que siempre querían. Me dijeron que cuando sea más grande voy a poder ir hasta allá.

Lo observó sonriendo y saludando al cielo. Y decidió quedarse ahí, por un momento, aun sabiendo que después vendría la soledad, la incomprensión y las preguntas. Decidió quedarse con él, quizás mucho tiempo, porque su hijo logró lo que nadie en ese lugar había siquiera intentado. Decidió quedarse en esa sensación, quizás toda una vida, porque entendió que abrazar la muerte no era mirar a los otros y llorar, sino mirar al cielo y sonreír.


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