Anotaciones de un fantasma





Estimada:

Le escribo para anunciarle que ya no la amo. Entiendo que esto es una sorpresa para usted. También imagino que no podría importarle menos lo que yo le acabo de decir, ya que yo no soy nadie para usted. Sin embargo, usted fue alguien para mí, y lo fue por mucho tiempo. El problema es que soy de esos que dejan que los hechos se den sin mediaciones y que sucedan según lo que dicte el tiempo.

De todas formas, siento que dejé que el tiempo pase y eso hizo que mi amor se perdiera con el correr de los meses. El tiempo no me dio nunca la oportunidad de manifestarle mis deseos de estar junto a usted, pero sí logró sacarme mi afecto y mi coraje. ¿No siente que el tiempo nunca le dio nada, sino que simplemente le saca lo que alguna vez obtuvo?

Debo destacar que, aunque esto no represente una pérdida para usted, sí está perdiendo. Puede que exagere mis cualidades o que me tenga en la más alta estima, pero yo podría haber sido un gran amante. La conozco, aunque no lo crea. La observé en los pasillos, la observé cuando interactuaba con sus pares y cuando daba clases. A mí no me ve nadie, y no los culpo. Siempre estoy en el fondo, camuflado.

Y quizás ahí radica mi error. Mi partida con el tiempo la perdí hace mucho, por lo que dejo que él actúe. Pero hago trampa. Hago actos silenciosos, buscando que el universo me recompense con su mirada o su sonrisa. Pero el silencio no hace ningún ruido, y es equívoco esperar que un acto noble (cuya nobleza se sustenta en no esperar recompensa) tenga algo a cambio.

¿Recuerda esa taza preferida que perdió? No la encontró, yo le compré una nueva. Cuando fue acusada injustamente de romper el proyector, fui yo quien encontró al culpable. Su salón siempre tuvo tizas y su escritorio siempre estuvo limpio, no así los de los demás. Los regalos que tenía no eran de sus alumnos, aunque usted pensara que así eran.

A esta altura debe haber adivinado quién soy, y no se equivoca. Pero no me podrá ver jamás. Si hasta acá nunca me vio, ¿por qué arruinar el misterio? Si solo le importo porque doy intriga y si solo me busca porque quiere algo de mí, entonces no lo quiero. Antes creía que que usted pasara de mí era simplemente porque no era el momento y más adelante así sería.

Sin embargo, jamás me preguntó siquiera cómo estaba. No se interesó por mí cuando me accidenté, no notó mi ausencia y, peor aún, ni siquiera registró mi presencia. Si alguna vez le preguntan si vio un fantasma, usted podrá decir que sí, ya que así me hizo sentir a mí. Con usted tenía el poder que todos desean, pero irónicamente era con la única persona con la que deseaba no tenerlo. Así que se imaginará que si me preguntan si prefiero volar o ser invisible, la respuesta es bastante clara.

Pensé en hacer que usted fuera un fantasma conmigo, pero nada me hubiera dolido más. Pensé en que todos los demás fueran fantasmas, pero el trabajo era demasiado. Hasta consideré quitarme la vida, pero sería una cobardía más de las tantas que ya he cometido.

Entenderá que no deseo cambiar mi vida por usted. Todos dicen que no hay que cambiar la propia vida por amar a otra persona, sin embargo, es imposible frenar esa alteración. Aunque no queramos, nuestra vida cambia por amor. Y usted cambió mi vida, definitivamente. Mi único objetivo con esta carta es que pueda cambiar apenas un poco la suya.

Simplemente quiero que deje de buscar, porque la búsqueda exige necesariamente algo a lo que apuntar. Y si usted “busca alguien”, entonces indefectiblemente le asignó características que desea que tenga. El amor, en realidad, es invisible. Es un fantasma. Y solo cobra vida cuando dejamos que nos encuentre.

Le deseo una vida sin búsquedas, pero llena de encuentros

Hasta nunca,

El fantasma invisible del amor

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