Preguntas ocasionales sin respuesta aparente
¿Qué estabas buscando? ¿Qué hacés acá? ¿Por qué me estás escuchando? ¿No tenés nada mejor que hacer? Lo más probable es que sí, en el fondo siempre hay algo mejor que podríamos estar haciendo. Pero eso es una discusión completamente diferente.
Vuelvo a mi pregunta. ¿Por qué me estás escuchando? Seguro tendrás una razón simple, a lo que yo te preguntaría el porqué de esa respuesta. Vos me darías otra y así seguiría, poniéndose cada vez más profundo. A ver, por ejemplo, me responderías que te lo pasó alguien, yo te preguntaría por qué. Me dirás que te quería hacer pasar un buen rato, a lo cual vendría un nuevo cuestionamiento. “Porque me quiere”, podrías decir. A lo que yo repreguntaría “¿por qué te quiere?”. ¿Ahí se entiende?
Sería un sentido último el que estoy buscando. Sería un sentido último el que estás buscando. Pero te vengo a decir que no tenés ni idea de cuál es. No lo sabés pero ni de cerca. Y te podés poner a buscar, a pensar, a divagar. No lo vas a encontrar. Una pregunta tan simple como “¿qué estás buscando?” es, en realidad, una de las preguntas más difíciles de la humanidad. “La felicidad”, dirán algunos. “El amor” dirán otros. ¿Y vos? ¿Vas por ahí también? ¿Qué eso que buscás, que te mueve, que te hace levantarte de la cama? Probablemente la mayoría de tus días ni te lo cuestionaste. ¿Buscás que te acepten? ¿Qué todos te quieran? ¿O solo algunos? ¿Querés dejar marca? ¿Querés que te recuerden? ¿Querés fama, gloria, dinero, riqueza? ¿Querés una familia, un amor profundo, sentirse pleno?
Quizás quieras todo eso y más, pero ¿es eso lo que te mueve? ¿Realmente creés que hacés todo lo que hacés por una familia, o por la fama? Porque la fama es temporal, la familia puede traicionarte o desaparecer, y querer que te recuerden es simple y decididamente egoísta. Sentirse pleno suena como la respuesta más acertada, pero dudo que te hayas sentido así alguna vez. Y si lo sentiste, ¿estás seguro? ¿No hay un nivel mayor de plenitud? Nadie puede querer algo que no conoce. ¿Qué estás buscando en realidad?
No tenés ni idea. Y sabés qué, lamento decepcionarte, pero yo tampoco. Qué voy a saber yo. La única diferencia entre vos y yo es que uno habla y el otro escucha. Te voy a decir algo. Dejá de pensar en qué estás buscando. Lo más probable es que no exista eso que querés. Es más, estoy casi seguro de que no estás buscando nada. La vida no se trata de lo que buscás, no es una búsqueda que finaliza cuando encontramos eso que queríamos. ¿Cómo vamos a saber que lo encontramos, si no sabíamos que lo estábamos buscando?
Dejá de buscar. Dejate encontrar. Déjate sorprender por las cosas que aparecen en tu camino. Porque cuando llegue el final, cuando tus días se acaben y todo lo que viviste vaya quedando poco a poco en el recuerdo, vas a tener tiempo para responderte una pregunta. Y te aseguro que no vas a contestarte qué fue lo que estabas buscando.
Lo más probable, y lo más satisfactorio, es que respondas otra pregunta. Yo te la adelanto, y te la digo ahora, para que lo vayas pensando. Para que quizás, en un utópico e ideal futuro, puedas contestarla día a día. Y puedas disfrutar de esas cosas que entran en la respuesta.
¿Hasta ahora, qué fue lo que te encontraste?
El episodio completo se puede escuchar en Spotify:
https://open.spotify.com/episode/4BFD2AJKNmy7yiiQT9p893?si=UE2TW_fnQMC95_Yp-EyKug
https://open.spotify.com/episode/4BFD2AJKNmy7yiiQT9p893?si=UE2TW_fnQMC95_Yp-EyKug
Comentarios
Publicar un comentario