Historia de miedo



Ya estaban hablando hace mucho, tenían de esas conversaciones perfectas, simplemente por el hecho de que no había que pensarlas. Ambos eran conscientes de esto, pero no querían decirlo para que la magia que sentían flotando entre ellos no se diluyera. Se decían frases inteligentes y palabras sofisticadas para impresionarse, aunque sabían que la razón por la que sus ojos estaban iluminados era la imaginación y no los sonidos. Sin embargo, ambos estaban muertos de miedo.

− Somos contradictorios, ¿no te parece? – le dijo, dando paso a las primeras luces de la mañana. – Ahora vos te tenés que volver a tu casa, y tenés miedo de la inseguridad. Pero cuando llegás, te da miedo la oscuridad. Tenés miedo estar sola, porque en realidad te asusta pensar que no estás sola.

Lo miró, incrédula de lo que estaba escuchando. Él lo notó, e inmediatamente se corrigió. – Te uso como ejemplo, pero me refiero a todos. Vivimos con miedo. Por ejemplo, cuando salís con alguien tenés miedo a haberte equivocado. Cuando estás con alguien tenés miedo de que te vayas a separar. Pero si estás solo, te asusta el hecho de que quizás jamás encuentres un semejante.

− Sí, es verdad. Pero vos tenés esa tendencia a relacionarlo todo con el amor. Creo que todo el mundo tiene miedo en general. Siempre tememos estar perdiéndonos de algo por estar haciendo otra cosa. Si elegís algo o alguien, tenés miedo de que eso te haga perderte de otra cosa, que por alguna razón pensás que podría haber sido mejor. Pero tampoco te lanzás a esa otra cosa, mirá si te equivocás. Somos seres miedosos, con todo.

− Estoy de acuerdo. Y no hace falta ir siempre a la realidad más cercana. Pensá en el tiempo. ¿Lo estamos perdiendo? ¿O hay demasiado? Vivimos con miedo a la muerte y nos la pasamos cuidándonos, pero a la vez tenemos miedo de no haber vivido lo suficiente. La vida nos asusta, la muerte también. No quiero decir que a todo el mundo, me da miedo generalizar. El tiempo, la vida, la muerte, el amor, la felicidad. ¿Cómo puede ser que todo eso nos provoque temor?

La miró. Estaba mirando al horizonte, con la mirada fija en el sol que asomaba entre los edificios más altos de la ciudad. Ella pensaba en él. Pensaba en lo que él pensaba, cómo coincidían en sus opiniones y cómo habían coincidido entre tanta gente. Quería decírselo, pero no estaba segura. En el fondo, ¿no es el miedo lo que provoca la inseguridad y la indecisión?

− ¿Estás bien? Si querés cambiamos de tema, entiendo que puede ser duro −, le dijo mientras se enamoraba de sus ojos marrones, la curva de su nariz y la comisura de sus labios. No quería cambiar de tema, pero temía que a ella no le gustara y que eso la alejara de ese pequeño rincón de la vida donde por fin se estaban encontrando.

− Sí, sí, estoy bien. A veces me da miedo pensar en todo esto. Porque quizás uno sobredimensiona todo. No me gusta hacerlo, pero a la vez me asusta no pensar lo suficiente.

− Es verdad, a mí también me pasa.

− ¿Viste?

− Sí.

Se miraron a los ojos. Vieron la boca del otro. Sabían que esa conversación había llegado a su fin. Él quería lanzarse, pero tenía miedo. También le asustaba el arrepentirse más tarde, pero temía equivocarse con el momento. Ella también tenía miedo. Tenía miedo de que él tuviera miedo, tenía miedo de lo que él estaba pensando, y tenía miedo de estar cometiendo un error. Tenía miedo de que ese momento fuera tan largo que se volviera incómodo, o de que venga alguien.

Mientras miraba el rocío en las hojas de los árboles, sabía que se había equivocado. Pensó, cobardemente, en que quizás jamás iba a tener un momento como ese. Ella no quiso volver a su casa. Tenía miedo de que él no estuviera en la puerta. Se quedó un tiempo más ahí, con miedo de no verlo nunca más. Se largó a llover y la niebla invadió el lugar. Se puso a caminar, entre la gente corriendo y los paraguas abriéndose. Pero se chocó con alguien que venía corriendo desesperadamente.

− Disculpá, ¿estás bien? −. Tenía miedo de haberlo lastimado

− Ahora sí − le dijo.

Se miraron a los ojos, sonriendo. Decidieron, por primera vez, no tener miedo.


Comentarios

Entradas populares